Ni siquiera los anillos mágicos son muy útiles contra los lobos, en especial contra las manadas diabólicas que vivían a la sombra de las montañas infestadas de trasgos, más allá de los límites de las tierras salvajes, en las fronteras de lo desconocido. ¡Los lobos de esta clase tienen un olfato más fino que los trasgos! ¡Y no necesitan verte para atraparte! --¡Qué haremos, qué haremos! --gritó--. ¡Salir de trasgos para caer en lobos! -- dijo, y esto llegó a ser un proverbio, aunque ahora decimos "de la sartén al fuego" en las situaciones incómodas de este tipo.
martes, 20 de noviembre de 2012
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